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viernes, 8 de noviembre de 2013

Las mil soledades de Sol

 

-Hace frío y está lloviendo; En la tele no hay nada que me distraiga y la caldera sigue sin chillar. Que fastidio!,demora demasiado en hervir el agua. ¿Será que se taparon las ornayas?-pensó  Sol, arropada en la esquina izquierda del sillón, con unas frazadas de polar y un saco de paño raido por los años.
La casa era una cueva fría y pequeñita como un zapato de duende, pero era la casa de Sol, jovencita tan taciturna que aquella obscuridad no le alcanzaba. Ella era así, de pequeñita, antisocial y atípica como su casa. Pero, mientras la caldera se hacía esperar a ella se le juntaban las tristezas -hay demasiada luz!- se decía.-las cortinas ya no sirven- repetía. pero el café seguía siendo polvo y el agua recién se entibiaba, las cortinas estaban cerradas, el día ni se asomaba....¿ y entonces?. ¿porque lloraba sol? ¡tanta agua salada salía por sus ojos!.
Pero todo estaba intacto, a la vista, nada parecía roto ni ella mostraba heridas porque estas estaban escondidas, de hecho, eran demasiadas para su altura, tamaño, complexión y años de vida. Sol era joven, tenía veinte años pero las dolencias eran de una persona con medio siglo y media década mas de quimeras imposibles.
Apretaba los ojos, asustada, sola y empapada en lagrimas. Y se abrazaba a si misma, mientras las sombras la veían, sin compasión pero con curiosidad. Se secreteaban entre ellas, con voces de fantasmas. Pero poco duraron porque se tenían que ir a dormir. los primeros rayitos de luz se habían empezado a filtrar por los rincones y ya todos sabemos que la sobra y la luz son enemigas naturales.

 Y entonces el último sollozo le dijo a la luna que aún no se había ido la razón de su corta existencia, oriunda de un corazón limitado a sierta vida. Éste pronto se fue a morir a la megilla derecha y la luna no supo toda la historia. El corazón estaba enfermo, Sol estaba enferma y su miedo a la luz del solar era producto de ella. le producía mas de un dolor. Por eso vivía por la noche y dormía durante el día.
Pero esta vez sol no lloraba por la pena que le producía ser como era, tan diferente a lo que veía por la tele, rara para el resto del mundo y hasta para su propia familia. Lo hacía por algo mas sencillo . por un amor que sintió un día, antes de ser diagnosticada de su padecimiento.
Sol había escrito un día, en su cuaderno donde escribía las vidas que se imaginaba, las que le hubiesen gustado tener.. lo siguiente; " me enamore pero no te quiero. te amo pero de lejos. me gusta soñarte queriéndome. me asusta que sepas de mi, tanto, como para romperme la cordura; mezclándote con la nada de mi futuro y desordenando el caos de mi pasado. no te quiero, ya lo dije muchas veces, pero todavía no me lo creo. puedo vivir sin tu recuerdo, sin tu presente y claro!, sin tus ojos mirándome los labios, los celos y a los ojos...sin vos".
Pero eran mentiras, ella pensaba en el, al menos, veinte veces estando despierta y lo soñaba cuando dormía. Nunca se repuso de ese amor platónico que la cautivo y nunca mas supo de él desde que su vida cambió. ella tiene ahora demasiados "nunca mas" y tan pocos "puedo ser" que siente, a veces, que le sobra la vida. pero no significa esto que extrañe salir a la calle.
porque un poco mas abajo, en su cuaderno decía; "los corazones se disfrazan para el carnaval del olvido, mascaras en las caras y pañuelos en los bolsillos. se prestan gestos, medias sonrisas.no se divierte nadie, el sentido es esconderse en el sueño".  porque, aunque hubiese sido corta su experiencia afuera de las paredes de sus dominios, pudo palpar la realidad.
Sol ya se había calmado para cuando el sol empezaba a nacer; decidió no tomarse el café saco la caldera que estaba a punto de avisar que el agua estaba lista. se puso su pijama, se miro al espejo. tan blanca como los dientes de un gato, tenía los ojos mas claros que un cristal y el pelo despeinado. se sonrió. se había dado cuenta de que ya no tenía porque llorar ni sentir miedo. tenía un papel en la mano, una carta. la dejo de nuevo en su mesita de luz y se acostó. sonriendo... ¿porque sonríe la dueña de tantas soledades, de la casa como zapatito de duende, de lo imposible?...


 continuará.

1 comentario:

  1. ¡Que ironía! Llamarse Sol y vivir en tanta oscuridad. Muchas contradicciones para tan corta vida, creo que Sol deberá dejar salir su propia luz.
    Espero ver como continua, me dejó intrigada lo de la carta...

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